martes, 26 de octubre de 2010

"Los recuerdos no se olvidan...
aunque se hayan quedado viejos..."

-Katowice, 2010

lunes, 14 de junio de 2010

No puedo evitar ser yo la que a día de hoy se siente como un niño grande manejando un tanque de papel.
A veces pienso que soy demasiado pequeña para este tanque cuando me siento y veo como cuelgan mis piernas en el vacío.
A veces me pregunto si las circunstancias me hacen tener miedo o si simplemente me dan miedo las circunstancias.
Desde hace un tiempo sólo vienen a mi cabeza sentimientos contrarios que podrían resumirse en pánico y valor.

Me pregunto si elegimos libremente o si nos anclamos premeditadamente a algo para que elijan por nosotros.
A veces es lo más fácil.
Si todo lo que he dicho, predicado...incluso aquello de lo que a veces he presumido no puedo aplicármelo a mi misma...o si alguna vez pude.

Es inevitable pensar si serán verdes los campos cuando salga del tanque o si por el contrario se habrá transformado en nada el todo que traté de constriur...quizá todo es relativo.
Lo que no dudo es que es el tanque lo que me protege y a la vez lo que me hace partícipe en esta guerra.

Yo siempre fui más de disparar claveles, eso está claro...

jueves, 6 de mayo de 2010

Sólo los peces muertos siguien la corriente

Y estamos ahí, aunque no notemos la diferencia.



Simples bufones, bufones al servicio de un circo en el que no podemos volar por los aires en un trapecio y en el que nos está prohibido montar en elefante.

Un mundo en el que un taxy no puede ser de papel y en el que las modas guían al rebaño.

Por desgracia, nos ha tocado vivir en un mundo en el que los hombres se destruyen a si mismos y en el que las armas no disparan margaritas; un mundo lleno de bufones domesticados, condenados a vivir rodeados de otros fulanos, patanes e ineptos que se apuñalan por la espalda unos a otros...
Bufones que en su día izaron la bandera de la revolución y creyeron en el pensamiento libre y que hoy, tan sólo son víctimas del mundo de los prejuicios y propietarios de unas mentes encadenadas al miedo.

En las radios sólo suena la música que quieren que escuchemos,
el arte por el arte ya no existe, siempre hay otros fines...o uno solo; vender.
Nos depilamos porque la sociedad lo ha decidido y porque no somos lo suficientemente valientes como para saltarnos la norma más que de boquilla.
No podemos vestir con pantalones de campana porque alguien decidió que los llevaríamos pitillos por ahora y los hicieron desaparecer de las tiendas.
Los rastas las relacionan con drogas en vez de con reivindicación y la iglesia pide limosnas cuando El Vaticano está lleno de oro.
Consideran digno matar animales para hacerse abrigos de pelleja o simplemente como entretenimiento (pagando un sueldo a quien lo hace) y después consideran delito sentarse en un parque a beber unas cervezas con los amigos.
Esta es la sociedad en la que nos ha tocado vivir pero a la vez, es la sociedad que día a día contribuimos a mantener, olvidándonos de que todos somos eslabones de la cadena y de que cada uno de nosotros tiene el poder de un engranaje y puede romperse y cambiar la cadena.



Ilusiones puras y puros conformismos...supongo.

martes, 27 de abril de 2010

"En esta vida hay dos clases de hombres, los que te cogen de la mano y los que te follan; los que te follan no valen una mierda..."

domingo, 4 de abril de 2010

La clave ante una dificultad como bien dice una malotilla de por ahí es asumir y superar...hace tiempo que ya creí haber pasado página...creí que todas más o menos la habíamos pasado pero cuando los sentimientos están a flor de piel es imposible que no se te caiga una lágrima o no se te haga un nudo en el estómago...
Antes de ayer se nos hizo a todas...

Es tan humano recordar...

Así, un domingo más me he sorprendido a mi misma echando la vista atrás...y es que no puedo pasar por tu casa sin querer tocar el timbre para parlotear como hacíamos antes o ver fotos de tu salón sin imaginarnos juntas fumando un cigarro y hablando de lo divino y de lo humano.
Y es que nunca hubiera podido imaginar que no fueras a estar ahí en los grandes momentos de mi vida...ni yo en los de la tuya...
Se me hace raro volver a casa cuando ya amanece después de una gran liada en una noche de borrachera y no estar marcando tu número y que respondas medio dormida mientras yo te cuento la gran hazaña de la noche.
Echo de menos empalagarte con mis abrazos y darte besos cuando estás desprevenida.
Echo de menos a lo más parecido a una hermana que he tenido nunca...
Te echo de menos cada día...aunque quiera eliminar esa sensación de mi cabeza porque al fin y al cabo, me hace daño pensar que puede que no vuelva a verte.

Es una obsesión estar en un bar y mirar a cada segundo la puerta deseando con todas mis fuerzas que entres...que seas tú...y que todo sea como antes.
No puedo evitar recordar tus muñecas llenas de pulseras buscando un cigarro cada vez que veo un paquete de camel...
No puedo evitar que se me parta el alma cuando ella habla de su mejor amiga.




Es todo tan extraño que a veces pienso que desde que te fuiste el mundo se ha quedado en standby...

lunes, 22 de febrero de 2010

Unos músicos callejeros tocando Hotel California en una callejuela de Firenze y ella...eso es para mi Italia.
No quiero oir hablar de la torre de Pisa, de la Ciudad del Vaticano o de la mozzarella y la pasta más allá de un cuerno sonando a las 6:00am en mitad de un cuartel o de una carta escrita en italiano a la que no le hace falta traducción porque cada una de sus palabras rebosan de significado.

Y esto junto con un montón de espacios en blanco para soñar y el mundo idílico descrito por John Lennon en Imagine en conversaciones hasta las tantísimas de la mañana con la chica de la cama de al lado es lo que destacaría de mis viajes a Italia...y aún queda tinta en el tintero pero eso para otro día.


Chiudere i vostri occhi e io saró lá :)

miércoles, 27 de enero de 2010

A ti.

A ti, que me enseñaste a parecerme a los caracoles...


A ti, que te escondes tras telones de humo para huir del mundo
haciéndonos pensar que jamás volveremos a verte.
A ti...que eres capaz de materializar mis pensamientos con todo lujo de detalles.
A ti, que me tapas los ojos sólo para que sepa lo que se siente cuando subes un escalón imaginario.
A ti, que acabaste con la botella cara de cava para que brindáramos juntas.
A ti, que no dudaste ni un segundo en caminar cuando lo único que querías era dejarte morir lentamente bajo tu edredón.
A ti...que estuviste callada pero siempre estuviste.
A mi, que me acobardé tantas veces.
A ti, que me acobardaste tantas otras.
A ti, que me enseñaste tu sabiduría a la vez que me inculcabas tus miedos absurdos sin querer... y una vida.
A ti, que fuiste un antes y un después para muchos.
A ti, que aún no te conozco...y no puedo parar de imaginarte correteando con tus ojillos brillantes.
A ti, que me matas a cosquillas por las tardes.
A ti, que me hablas con voz de dibujo animado.
A ti, que juegas a intentar volver a conquistarme.
A ti, que piensas mal de mi a veces.
A mi, que no me gusta discutir.
A ti, que si veo que me miras me entran ganas de reir.
A ti, que arqueas las cejas mejor que nadie.
A ti, que siempre sabes ser coherente con vigas de ojos ajenos.
A ti, que no te importó hacer el ridículo.
A ti, que hemos hablado horas y horas en los baños de los bares y nunca hemos acabado de decírnoslo todo.
A ti, que a veces me hiciste pensar que no te importaba.
A ti, que comiste macarrones conmigo.
A ti, que ni tú misma acabas de comprenderte.
A ti, que te sentaste conmigo las noches de verano a filosofar y a escribir.
A ti, que un día te pusiste mi pijama de dibujos rosas.
A ti, quien fueras, que me enseñaste a volar.
A ti, que parece que los años no borran tu esencia.
A ti, a quien siempre quise parecerme.
A ti, que me besaste después de tropezarte para que no me riera.
A ti, que te pusiste de rodillas a mi lado.
A ti, que cantaste conmigo canciones de campamento.
A ti, que te importé de verdad.
A ti, que trataste de comprender conmigo lo incomprensible.
A ti, que me sugeriste beber jugando a la oca borracha.
A ti, que me invitaste a comer quesada...aunque nunca llegué a ir.
A ti, que jugaste a hacerme rabiar en la piscina.
A ti, que me pintaste con los dedos.
A ti, que lloraste cuando me iba.
A ti, que te gustaron las lorzas de mi espalda.
A ti, que me llamaste "chocho" más de mil veces.
A ti, que te gustaba Manu Chao.



Pero sobre todo a ti, que día a día te enfrentas a lo que eres sin saberlo muy bien.