miércoles, 27 de enero de 2010

A ti.

A ti, que me enseñaste a parecerme a los caracoles...


A ti, que te escondes tras telones de humo para huir del mundo
haciéndonos pensar que jamás volveremos a verte.
A ti...que eres capaz de materializar mis pensamientos con todo lujo de detalles.
A ti, que me tapas los ojos sólo para que sepa lo que se siente cuando subes un escalón imaginario.
A ti, que acabaste con la botella cara de cava para que brindáramos juntas.
A ti, que no dudaste ni un segundo en caminar cuando lo único que querías era dejarte morir lentamente bajo tu edredón.
A ti...que estuviste callada pero siempre estuviste.
A mi, que me acobardé tantas veces.
A ti, que me acobardaste tantas otras.
A ti, que me enseñaste tu sabiduría a la vez que me inculcabas tus miedos absurdos sin querer... y una vida.
A ti, que fuiste un antes y un después para muchos.
A ti, que aún no te conozco...y no puedo parar de imaginarte correteando con tus ojillos brillantes.
A ti, que me matas a cosquillas por las tardes.
A ti, que me hablas con voz de dibujo animado.
A ti, que juegas a intentar volver a conquistarme.
A ti, que piensas mal de mi a veces.
A mi, que no me gusta discutir.
A ti, que si veo que me miras me entran ganas de reir.
A ti, que arqueas las cejas mejor que nadie.
A ti, que siempre sabes ser coherente con vigas de ojos ajenos.
A ti, que no te importó hacer el ridículo.
A ti, que hemos hablado horas y horas en los baños de los bares y nunca hemos acabado de decírnoslo todo.
A ti, que a veces me hiciste pensar que no te importaba.
A ti, que comiste macarrones conmigo.
A ti, que ni tú misma acabas de comprenderte.
A ti, que te sentaste conmigo las noches de verano a filosofar y a escribir.
A ti, que un día te pusiste mi pijama de dibujos rosas.
A ti, quien fueras, que me enseñaste a volar.
A ti, que parece que los años no borran tu esencia.
A ti, a quien siempre quise parecerme.
A ti, que me besaste después de tropezarte para que no me riera.
A ti, que te pusiste de rodillas a mi lado.
A ti, que cantaste conmigo canciones de campamento.
A ti, que te importé de verdad.
A ti, que trataste de comprender conmigo lo incomprensible.
A ti, que me sugeriste beber jugando a la oca borracha.
A ti, que me invitaste a comer quesada...aunque nunca llegué a ir.
A ti, que jugaste a hacerme rabiar en la piscina.
A ti, que me pintaste con los dedos.
A ti, que lloraste cuando me iba.
A ti, que te gustaron las lorzas de mi espalda.
A ti, que me llamaste "chocho" más de mil veces.
A ti, que te gustaba Manu Chao.



Pero sobre todo a ti, que día a día te enfrentas a lo que eres sin saberlo muy bien.

3 comentarios:

  1. Excelente y reflexivo texto,
    un placer pasar por tu casa,
    que tengas una feliz semana
    un abrazo.

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  2. Guau... "...que hemos hablado tantas y tantas horas en los bares y nunca hemos acabado de decírnoslo todo...", es geniaL.

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