domingo, 27 de diciembre de 2009
martes, 15 de diciembre de 2009
Si me preguntasen algo peculiar sobre mi, contaría que me caí desde un primer piso cuando tenía 12 años o que una monja en el colegio quiso ponerme en clase con niños de 3 años cuando yo tenía 6 pero nunca contaré que hago una carrera que no acaba de convencerme o que no me atrevo a vivir porque tengo miedo de todo.
Odio el frio y al año que viene si todo sale bien estaré viviendo nada más y nada menos que en Polonia (apenas frio).
Tengo miedo a las agujas y a la sangre...y los fines de semana voy al hospital a hacer talleres con los niños enfermos (y veo sangre por doquier...sangre sumada a la GRAN resaca que suelo llevar). Eso, o simplemente veo a señores que se mueren atragantados mientras tomo una caña en un bar.
Fumo...pero me muero de asco cuando alguien huele a tabaco.
No soporto las faltas de ortografía ni el olor a perro mojado.
Me encanta la playa pero en el fondo...me da grimilla la arena.
Adoraba las montañas rusas hasta que estuve a punto de morir 3 veces a bordo de tres diferentes (ah...aunque las adoraba, tengo vértigo).
Tengo la garganta como unos zorros pero jamás he probado la miel aunque si el zumo de tomate con tabasco o la sal de gusano.
No he visto el 90% de las películas que TODO el mundo conoce, no sé despejar ecuaciones sin sustituir las incógnitas por numeritos y tengo la piel rosa como un cochinillo.
Siempre me frustró no saber tocar la guitarra y ahora que llevo unos meses intentando aprender, me doy cuenta de que quizá mis dedos sean demasiado cortos.
En dos días cumplo 20 años y en los últimos meses he vuelto a jugar a hacer figuritas con un trozo de lana entre los dedos, a echar (y ganar =P) pulsos chinos y a escuchar música bajo la lluvia y llegar con los pies morados a casa.
A ver si con los 20 empiezo a....a....a....a....a....a...no darme la vuelta en la cama como si tuviera puesta una camisa de fuerza? xD
lunes, 14 de diciembre de 2009
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Después he empezado a temblar...y tú te has sentado a mi lado...y no has parado hasta conseguir que el mayor de los terremotos sonara frágil como la caída de las hojas en otoño.
Porque me clavas la mirada y siento que el mundo puede explotar...pero no me importa.
Restas la frialdad y divides los temores mientras sumas las poesías y multiplicas la magia...
Y cuando hablas parece que recitas porque cuando recitas, sin darte cuenta tu voz me mira y tus ojos me susurran.
Me da un escalofrío...
después me vuelvo una peonza capaz de bailar entre las calles más oscuras sin que me tiemblen las piernas.
Y tú,en la pared del fondo, haces que el dolor a tu lado suene incluso dulce.
Y así, la vida late al compás de tus dedos resbalando por mi espalda cuando me hago un nudo entre tus brazos...
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